Comercio electrónico
El comercio electrónico o ecommerce se refiere a la transacción consistente en intercambiar un bien o servicio por una contraprestación económica a través de internet.
De hecho, la gran diferencia con el comercio tradicional es que la transacción se realiza de forma totalmente electrónica, sin que ninguna de las dos partes entre en contacto físico. Ahora bien, para que esta transacción se produzca satisfactoriamente ha de existir un software de comercio electrónico que se encargue de crear, mantener y gestionar el espacio para la venta online y que, además, permita el acceso de forma segura, desde cualquier lugar. También es muy importante configurar comercio electrónico en analytics para obtener datos reales del comportamiento de los clientes.
Plataformas para comercio electrónico
Es imprencindible elegir un programa de comercio electrónico seguro. Estas herramientas son los gestores ecommerce que, en realidad, son softwares de gestión de contenidos específicos para comercio electrónico que posibilitan que esta transacción se desarrolle con todas las garantías.
Estos gestores ofrecen un servicio de comercio electrónico de gran estabilidad y, a la vez, son sumamente flexibles, para poder atender una actividad dinámica y en constante actualización. Se ocupan de gestionar todo lo relativo a los posibles clientes; el catálogo; las compras; la gestión de los pagos; el control sobre el acceso, para gestionar adecuadamente los permisos que lleguen a la web, etc. Han de permitir la incorporación de nuevas funcionalidades cuando sea necesario; han de ser capaces de gestionar eficazmente numerosas páginas interactivas y dinámicas; etc.
Marketing digital y comercio electrónico: ventajas
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Con el comercio electrónico aumentan las posibilidades de éxito
Las empresas que cuentan con un sitio web de comercio electrónico amplían enormemente sus posibilidades de éxito, considerando al comercio electrónico como parte de la estrategia empresarial. En definitiva, se trata de una oportunidad de crecimiento, aunque para lograrlo se necesita de una planificación, cualificación, conocimiento del mercado y capacidad de adaptación. Y aunque la inversión previa para poner en marcha una estrategia de ecommerce puede parecer mucha, tanto en tiempo como en recursos, una vez puesta en marcha se convierte en la mejor fórmula para captar y fidelizar clientes.
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La transacción electrónica requiere una inversión mínima
Si se tienen en cuenta los gastos que suponen los negocios offline, la presencia online es mucho más económica y permite, entre otras cosas, una disponibilidad 24 horas. Sin embargo, el comercio electrónico requiere de una inversión inteligente y progresiva para tener las máximas opciones de éxito.
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Internacionalización de las ventas online
Uno de los objetivos de muchas empresas es abrirse al exterior. Sin embargo, esto conlleva muchas dificultades cuando se trata del contexto offline. Por ello, no cabe duda de que el eCommerce complementa e impulsa estas estrategias de exportación, que abren la puerta a más nichos de mercado.
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Tendencia en alza y crecimiento de los e-commerce
En los últimos tiempos, todos los estudios realizados acerca de comercio electrónico muestran los récords de facturación del sector año tras año. El comercio electrónico está experimentando un importante crecimiento, con una previsión de aumento de ventas imparable. También se detecta un aumento moderado de la ampliación de mercados al exterior, así como de la tasa de nuevos empleos y la exploración de nuevas líneas de negocio.
Redes sociales y Comercio electrónico
El Comercio electrónico en Redes Sociales recopila todas aquellas operaciones de compra o venta de productos o servicios a través de Internet. Además de portales web y tiendas online, el auge de las redes sociales y el exponencial uso que hacen de ellas, tanto las nuevas generaciones como como los consumidores adultos, ha creado una forma adicional de vender por Internet: el social commerce.
El comercio en redes sociales (o comercio electrónico a través de redes sociales) puede realizarse de diversas formas. Dependiendo del tipo de producto o servicio que se vaya a vender o adquirir, las operaciones pueden cerrarse, directamente, dentro de las redes sociales o es necesario salir de ellas. La tendencia es que, cada vez, se reduzca el camino hacia la conversión (venta) y se permita que el usuario pueda pagar con el menor número de clics posible, de cara a mejorar su experiencia.