Existe una fórmula cierta, cómoda y no arriesgada para comprobar si, de realizar ciertos cambios en una página web, esta mejoraría su rendimiento, aumentarían las ventas producidas o se obtendrían objetivos marcados: el test A/B.
Mediante esta prueba se compara la página web en su formato actual con otra versión en la que se han incluido ciertos cambios que creemos la optimizarían, determinando qué cambios son positivos y cuáles no. Esta comparación se realiza antes de cambiar el código de la página web, tras un tiempo de estudio en el que se valora si la tasa de conversión aumenta (el objetivo que se persigue) o disminuye (efecto contrario al deseado).
Cambiar ciertos aspectos de una página web puede producir dudas o incertidumbres y el temor de tomar una decisión equivocada; con los tests A/B eliminamos esas dudas y las transformamos en certezas.
¿Cómo funcionan los Test A/B ?
Cuando se implanta un test A/B en una página web, se ofrecen a los usuarios dos (o más) versiones, para después realizar mediciones en cada una de ellas: número de nuevos registros o suscripciones, compras realizadas en una y otra versión, etc.
Objetivo
El objetivo de un test A/B es determinar la mejor versión de una página web, a través de la toma de decisión que realizan los mismos usuarios (sin que ellos sean conscientes de ello), a través de la observación de su comportamiento cuando navegan en ella. Un diseño web optimizado puede ser el elemento diferenciador que haga aumentar ventas, incrementar registro y suscripciones, etc. y acciones tan simples como cambiar el color del botón de «compra» o la letra de la palabra»suscripción» pueden ser los causantes.
Muchas grandes empresas realizan este testing (Google sin ir más lejos) y actualmente muchos fabricantes ofrecen este tipo de software: Google Analytics, Optimizely, Kissmetrics o Mixpanel son algunos de ellos.
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