Millones de jóvenes de 13 a 28 años consumen imágenes, noticias e información que apenas dura unos segundos. Esta es la razón por la que estamos delante de la mayor plataforma de publicidad online que jamás hemos visto.
La red social creada por Evan Spiegel quizá no te suene si cuentas más de 40, pero en apenas 3 años se ha convertido en el desafío más grande al que se enfrentan Facebook, Twitter y WhatsApp. Creada en 2010 por un grupo de chavales –entonces, ahora rondan los 30- con el fin de poder enviar imágenes que se autodestruyesen en pocos segundos, nadie se imaginaba que poco tiempo después rechazarían una oferta del mismísimo Zuckerberg para comprarla.
El futuro de la tecnología de marketing parece apuntar hacia la optimización del binomio Snapchat y publicidad como un poderoso medio de captación y fidelización del sector más complicado: los millennials y jóvenes. Cualquiera que tenga hijos verá que estos, de vez en cuando, sueltan alguna frase parecida a “esto va para Snapchat”. O “le he mandado un snap a una amigo/a”.
La aplicación permite enviar imágenes y vídeos de corta duración, que cuando son reproducidos mueren para siempre. No obstante en su corto periplo ha avanzado significativamente, y ahora permite tener una especie de timeline en el que ves las publicaciones que tus amigos comparten con todo el mundo, lo que se conoce como “Historia”. Reúne todos tus snaps durante ese periodo, reproducibles de forma infinita hasta 24 horas después.
Asimismo, también permite a medios, tales como Vice, Newsweek, ESPN, Tastemade, IGN, Mashable, BuzzFeed o Daily Mail publicar informaciones que se leen muy cómodamente en pantalla. No obstante, no permiten publicidad ni dejan a las marcas registrarse como personas, porque según el propio fundador de Snapchat, Evan Spiegel, “las marcas no son personas”. Pero habrá que ver si el vil metal no hace cambiar de opinión a Spiegel. Eventos deportivos como la NFL también aprovechan este filón.
Los millennials y gen-z son ávidos consumidores. El primero que lo consiga será el que triunfe, puesto que estamos delante de la tercera red social más usada por este grupo de población, y al ritmo que lleva podría transformarse en la segunda. Todavía no hay ningún medio español importante en Snapchat, pero no nos debería extrañar que en los próximos años se anime algún medio hispanohablante a entrar en Snapchat.
Snapchat funciona de dos formas. Como decíamos antes, bien puede servir para mandar imágenes/vídeos/chat a alguien en particular, o a todo el mundo. Podríamos exponernos al spam si una marca utilizase de forma extensiva esta red social, pero seguimos a marcas como Coca Cola, McDonald’s y demás en Facebook o Instagram, restaurantes y establecimientos, y los autorizamos a hacernos promociones, ¿por qué no en Snapchat?
¿Qué potencia podría tener una promoción enviada a través de Snapchat cuya caducidad es de apenas 7 segundos? ¿O la segmentación de clientes que podríamos obtener? Snapchat es un filón y sus fundadores lo saben. De ahí que quieran esperar hasta que haya una base de usuarios enorme y puedan sacarle la mayor rentabilidad posible.
Todavía ningún gran gestor como Hootsuite gestiona Snapchat, principalmente porque la API todavía no lo permite. Pero no queda mucho para que las marcas puedan hacer uso de la red social de la brevedad. Y para cuando ese momento llegue, los marketers que conozcan la potencia de la misma y al público al que se dirigen podrían dar en el clavo y colocarse en la vanguardia de la competencia. Y si no, al tiempo.
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