Imagina, por un momento, que eres el propietario de un negocio y que al entrar alguien nuevo por la puerta automáticamente recibe un mensaje en su smartphone informándole de las ofertas exclusivas con las que contará por el mero hecho de haber entrado en tu tienda. O un viejo cliente, al que premiamos su fidelidad con una oferta exclusiva. Y así sucesivamente. Esta es la magia de los beacons, que son pequeños dispositivos que funcionan con Bluetooth 4.0 BLE (de baja energía y bajo consumo eléctrico) y son capaces de enviar a los smartphones mensajes de texto, hipertexto, imágenes y códigos para caja.
El funcionamiento del dispositivo es muy sencillo. Se conecta a la red y funciona a través del Wi-Fi de nuestro negocio, y se configura desde una aplicación en la nube accesible desde el navegador. Una vez configurada la oferta, si una persona entra con su Bluetooth encendido y nuestra app instalada, automáticamente le llegará un mensaje. Pero no sólo se pueden configurar mensajes, podemos apagar teléfonos, silenciarlos, activar la cámara, todo esto dependiendo de los permisos que otorguemos a la app del beacon. Y es que la tecnología de los beacons -en castellano, faros- es tan sencilla como la de la radio. Es una tecnología «oculta» en nuestros teléfonos, ya que existe desde hace bastantes años, a la que se puede sacar mucho partido como herramienta de marketing.
Lo mejor de los beacons es que utilizan una tecnología que tienen todos los móviles -el Bluetooth- y que además es no invasiva y no perjudica enormemente el espectro radioeléctrico, ya que funciona en otro canal diferente al Wi-Fi, la telefonía móvil y la televisión. Es discreto, y permite funcionar como una especie de GPS de interior, guiando a las personas dentro de un espacio grande, por ejemplo, o informándoles en un concierto de cuándo empieza una banda determinada directamente en sus móviles dependiendo de dónde estén, sin sufrir saturación.
Una tecnología madura, pero todavía sin implantación masiva
Aunque la tecnología de los beacons lleva varios años de sólida implantación, apenas hay unos pocos agentes conocidos en el mercado, tales como Garmin, Apple, XY Findit, entre otros, que se dediquen a la fabricación de estos dispositivos. Se pueden contar con los dedos de las manos las tiendas que en España cuentan con esta tecnología, y tampoco está excesivamente extendida en EEUU, por ejemplo.
Por otro lado, requiere que el usuario instale una app que le puede solicitar permisos algo invasivos, como por ejemplo activar el micrófono, la cámara o similares.
Este sistema, sin embargo, es un gran aliado para las agencias de marketing digital que pueden poner en marcha campañas muy segmentadas y directas a los leads. Como siempre, se trata de decidir si nuestro cliente o empresa puede verse beneficiado por el uso de esta tecnología que, sin duda, sirve para generar demanda y ganarse la fidelidad del consumidor final.
Deja tu comentario