Hoy nos metemos en camisa de once varas tratando de explicar un concepto informático que seguro que has visto/leído/usado en decenas de sitios, pero que no sabías a qué se refería exactamente. Hoy queremos explicarte qué es una API.
API significa Application Programming Interface, lo traducido literalmente al español significa Interfaz de Programación de Aplicaciones. Puede que alguna vez hayas escuchado al equipo de IT de tu empresa decir que está trabajando en la conexión con la API de un proveedor. Pues bien, lo que están haciendo es crear una especie de pasarela entre la aplicación de tu marca y la de una compañía con la que operáis.
Un ejemplo con el que seguro te quedará mucho más claro qué es una API. Imagínate que estás comprando una entrada de cine o un abrigo a través de un eCommerce. Cuando has elegido el producto introduces tus datos bancarios para proceder al pago. Pues bien, las APIS son el sistema que permite que la web del comercio electrónico en el que estás realizando tu compra se comuniquen con la plataforma on line de tu banco para que ésta confirme que puedes proceder al pago.
La API es el interfaz que permite poner en contacto distintas aplicaciones para que «hablen el mismo idioma». Pero todo ese proceso, que facilita los procesos de compra y conversión digital de leads, forma parte del trabajo mágico que realizan los desarrolladores e informáticos y que los marketers en raras ocasiones dominamos.
Las APIs, generalmente, pueden procesar la información de dos formas, existen más, pero nos vamos a centrar en las más conocidas:
- SOAP (Single Object Access Protocol): Básicamente las aplicaciones intercambian un documento XML –eXtensible Markup Language, un metalenguaje que sirve para transmitir datos entre apps.
- REST (Transferencia de Estado Representacional): Una forma más sencilla de comunicación que se limita a compartir un datos en JSON-Javascript Object Notation, otro metalenguaje o lenguaje de marcado como XML.
¿Cómo se emplean las API en marketing?
El uso más común de las APIs en nuestro sector se da en dos campos: las aplicaciones para redes sociales y las integraciones con otras aplicaciones. No es el único, ya que en todo lugar que haya una aplicación y se necesite un cliente para ella, el fabricante liberará APIs para poder trabajar. Es un «contrato» entre aplicaciones, si nosotros queremos utilizar una app para Twitter, para que dicha app se entienda con Twitter precisará de las APIs para poder tuitear, retuitear, conocer el límite de caracteres, etc.
En integraciones, sin ir más lejos, es donde cobran todo el sentido. La mayoría de aplicaciones se integran con otras, y éstas se construyen a través de APIs. Si las apps no tienen API, todo será más complicado, las integraciones no serán posibles y esto perjudicará a los usuarios que tratan de utilizar la aplicación. Si nuestro CRM -software de Customer Relationship Management– se conecta con nuestra app de redes sociales es precisamente porque tiene una API que le permite hacerlo.
En resumen, una API es una forma de comunicación entre aplicaciones para compartir contenido y tener una moneda de cambio común en forma de datos comprensibles para los dos. En marketing las usamos para integrar aplicaciones entre ellas, siendo de fundamental importancia para nuestro trabajo.
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