¡Cuántos años habrán pasado desde que se acuñó el término «community manager»! Se decía, allá por 2009, que iba a ser «la profesión del futuro». Siete años después, lo cierto es que no hay empresa que no tenga uno, y su trabajo no se ha quedado en la mera gestión de las comunidades en redes sociales, sino que ha ido más allá: altavoz de la empresa, relaciones públicas, creador de mensajes e imagen pública de la compañía. ¿Cuánto ha evolucionado la profesión del community manager hasta este año? Vamos a analizarlo.
El community manager de hoy es mucho más que un «publicador de mensajes»
Otrora, la visión del CM era la del típico friki «internetero», un poco como Enjuto Mojamuto -un famoso personaje popularizado por Muchachada Nui que entraba en colapso cuando se le caía interneeeeeet– en versión «guay». Lo cierto es que los estereotipos poco o nada responden a la realidad, y los CMs en aquel momento no eran más que perfiles muy junior con experiencia en las incipientes redes sociales de aquel momento, que en general coinciden con las actuales (Twitter y Facebook).
El CM de entonces era un power user, un usuario con avanzados conocimientos sobre el mundo de internet. No existían estudios específicos para el oficio, y todo lo que había se reducía a seguir a aquellos que daban los primeros pasos en este entorno. Con la popularización de los smartphones, lo mobile y las nuevas tendencias digitales, explotaba el mercado laboral: hacía falta un perfil capaz de responder a la necesidad de comunicación digital de las empresas y ése era el community manager.
Las herramientas que usaban los community manager antes no eran más que las de publicación y programación de publicaciones. Conforme la tecnología ha ido evolucionando, los CMs han pasado de trabajar dando palos de ciego a conocer al dedillo la relevancia de un mensaje en un momento dado, o el alcance del mismo, los mensajes que mejor funcionan, las mejores horas de publicación, etc.
En 2016, el porfolio de aplicaciones de un community manager no solo pasa por el más básico gestor de redes sociales, en el que cualquiera del mercado suele cumplir con lo esperable de una aplicación de este tipo. Pero lo que tienen los CMs de hoy que no tenían los de antes es lo siguiente:
Aplicaciones de escucha social: la mayor diferencia con la que cuentan los CMs de hoy es que pueden saber a ciencia cierta de qué habla la gente en el ciberespacio. Antes podían tener cierta idea por su presencia en foros, comentarios de webs, etc, pero no dejaba de ser una percepción. Ahora, con aplicaciones como Oraquo, AgoraPulse o Spredfast podemos monitorizar las redes sociales e incluso dedicarnos al CRM social y al social selling.
Analítica de mensajes: aplicaciones como Pirendo son capaces de analizar nuestros mensajes, quiénes lideran la opinión (los conocidos como influencers). Anteriormente se tenía que hacer «a ojo», detectando a aquellos usuarios que contaban con más seguidores, acumulaban más retuits/shares, o líderes de influencia en un determinado nicho de mercado.
Venta en redes sociales: anteriormente, se concebía el uso de las redes sociales como punto de información, nunca de venta. Lo cierto es que los CMs de hoy cuentan con herramientas que les permiten hacer social selling. Fuera de la publicidad en redes sociales, ampliamente conocida a día de hoy, por suerte hay herramientas que nos permiten hacer un seguimiento de aquellos clientes que más interactúan con nosotros o que generan contenido, como Zoho.
Ahora existe formación específica para este profesional, así como figuras derivadas del mismo (social media manager, social media planner, etc) y ya no sucede lo que ocurría hace años, que por falta de conocimiento se pedían profesionales que no existían (tener 5 años de experiencia en Twitter en el año 2011 estaba limitado a unos cuantos privilegiados), así como esa incertidumbre laboral de estar haciendo un trabajo que tus jefes no comprendían («¿Eso de las redes sociales qué es?»).
Así que enhorabuena, community manager. Hoy tu profesión está más que asentada, hoy es uno de los pilares más representativos de las empresas en la sociedad 3.0 y, sin duda, seguirá creciendo a la par que se extienda nuestro mundo hiperconectado. Eso sí, ten en cuenta que no puedes quedarte atrás y aplícate con las numerosas herramientas que hay en el mercado si quieres ser un verdadero profesional.
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