¡Eres una eminencia! ¡Pon tres opiniones más sobre establecimientos y gana tu chapa de Experto! Cuántas veces nos habremos encontrado con esta serie de mensajes en diversos portales, aplicaciones y negocios. En realidad, a todos nos gusta que nos digan que poco a poco estamos consiguiendo ser mejores. Un momento,… ¿Eso no es un juego? Así es la gamificación, que aunque nos suena a concesionario de coches, en realidad significa «convertir en un juego».
¿Pero no habíamos quedado en que los juegos son para niños y adolescentes? Lamentablemente, si eres de los que todavía piensa así, es que no has captado todavía de qué va esto. La gamificación es puro estajanovismo: si alguien lo hace mejor que yo, me enfado y quiero superarle. De ahí que se emplee la gamificación con tanto éxito en diferentes sectores y aplicaciones. Simplemente, porque nos encanta competir y jugar con(tra) otros. Y aquí te dejamos unos cuantos ejemplos sencillos y probados.
Qué actores han empleado gamificación y han tenido éxito
LinkedIn es posiblemente uno de los sitios que más utilizamos al cabo del día, y uno de los ejemplos más exitosos del mercado. LinkedIn se dio cuenta de que mucha gente no rellenaba todos los datos de su perfil, lo cual era contraproducente tanto para la red social como para sus usuarios.
Hace tiempo introdujo un sistema de gamificación que premiaba poco a poco que fueses rellenando tu perfil. Si lo tenías correcto, eras una «eminencia». Pone pequeñas mecánicas que al ir completándolas, LinkedIn te va premiando poco a poco.
Resultado: LinkedIn ha transformado algo muy aburrido (el negocio, el mundo laboral) en algo entretenido, generando interés en la gente por mejorar sus perfiles.
LinkedIn te informa también de si tu perfil ha sido visto y por quién, qué habilidades tienen tus contactos, y te anima a hacer lo propio. La red social no ha facilitado datos de engagement, pero desde luego la participación de sus usuarios ha sido exitosa a tenor de la cantidad de perfiles con los que cuenta.
Gamify es otro ejemplo de que todo lo podemos convertir en lúdico. Desde llegar antes que un amigo a la siguiente estación del Metro, o a recorrer más kilómetros que tus amigos. Prácticamente cualquier situación de nuestra vida puede convertirse en entretenida si sabemos cómo captar la esencia de la competitividad.
Los logros de Xbox 360 y los Trofeos de PS4 también son otro ejemplo de que a veces hay un juego más allá del juego. Quizá a los no gamers esto no les suene de nada, pero todos alguna vez hemos pensado al acabar un juego lo siguiente: «Bueno, y ahora, ¿qué?». Hace unos cuantos años a los ingenieros de Microsoft se les ocurrió premiar a los jugadores proponiéndoles retos dentro del juego. Estos retos se convertían en un metajuego, si conseguías hacer determinada misión en un tiempo dado, o si conseguías que nadie te hiriera, te daba puntos, llamados Gs. Cuantos más puntos, más subías en el ranking. Juegos ya terminados, más que pasados, se volvían a jugar y volvían a ser divertidos porque la gente luchaba por ser mejor.
Quizá alguno de estos ejemplos puede darte alguna idea para gamificar algún aspecto de tu negocio.
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