Compartir contenido es una de las cosas más complicadas que existen en marketing de contenidos. No es fácil que los demás compartan lo que hacemos.

Siempre se repiten los mismos mantras, «hazlo viral», «haz que sea sencillo compartirlo». Pero todo eso ya te suena. Has probado de todo. Y nadie comparte tu contenido.

Desde MarTech solo conocemos una forma de que los demás le den a compartir contenido, y es que una buena historia vale más que mil virales. Construir una buena historia es lo que hace que los demás puedan compartir nuestros contenidos sin miedo. Y para ello debemos aprender a entrar por los ojos. ¿Te apuntas?

Compartir contenido, un manual para aprender a saber qué gusta

Lo primero que entra de un contenido es el titular. Los periodistas bien lo saben, ocultar información de forma deliberada obliga al cerebro a saber qué hay detrás. Por tanto, es recomendable ocultar de forma velada de lo que vamos a hablar y sembrar la duda. Por tanto, «oculta» lo que vas a decir dentro de preguntas, y haz que sea misterioso.

Otra forma de mejorar la forma de compartir contenido de tu sitio es fijarte en la competencia o en los artículos más compartidos por la gente. Puedes usar herramientas como Buzzsumo para saber de qué temas se comparte más o menos, dependiendo de la keyword. PostReach también permite saber cómo ha funcionado un post en particular, por ejemplo.

Moléstate en tener un diseñador o en usar imágenes que resulten bonitas. Para esto es básico fijarse en la competencia.

De cara al diseño web, podemos crear botones de recompensa por compartir contenido. Por ejemplo, «tenemos este whitepaper sobre SEO. ¡Si compartes este post en redes sociales, es todo tuyo!». Y no solo de recompensa, sino botones bien grandes, sencillos, y que redirijan a la app del móvil. Esto es fundamental. Principalmente, porque poca gente tiene iniciada la sesión de su red social en el navegador de su móvil.

La identidad visual también es fundamental. Las imágenes entran por los ojos, y más en redes sociales. Acompaña todas tus publicaciones con material visual de calidad. Moléstate en tener un diseñador o en usar imágenes que resulten bonitas. Para esto es básico fijarse en la competencia. ¿Qué imágenes están usando? ¿Mantienen un estilo determinado? Haz tú lo mismo.

Como últimos consejos: no pierdas el tiempo en campos de batalla en los que no puedes combatir. ¿B2B? Seguramente debes olvidar Facebook. ¿B2C? Olvídate de LinkedIn. Tenemos que estar donde esté nuestro público. Por último, menos es más. Menos artículos de más calidad, menos artículos pero más extensos.

Es mejor poca cantidad y mucha densidad, que mucha densidad y poca sustancia. No hace falta parir contenidos cada segundo, ya que puede dar la impresión de estar corriendo una descabellada carrera por el posicionamiento. Es imposible que cada uno de los contenidos que hacemos sea fantástico, pero siempre podemos hacer que sean fáciles de compartir, ¿n0? 😉