¿Te has parado a pensar alguna vez por qué no consigues viralizar tus contenidos?

Piénsalo detenidamente. Te han asesorado para crear un contenido que hackee la mente de tu consumidor. Pero apenas consigue visitas, o sencillamente, no se extiende entre tus clientes de la forma que desearías. Y a pesar de todo, de todo el dinero que te has gastado en esa ansiada campaña, que tiene un magnífico y trabajado storytelling, growth hacking, optimización SEO y de todo, no consigue más que cien visitas en YouTube, tu blog, o tus medios sociales.

¿Sigues sin saber por qué no consigues que se extienda como un virus?

Te lo vamos a explicar detenidamente en MarTech Forum. Sobre todo, porque nosotros sí lo sabemos, desgraciadamente. Y no lo decimos con ánimo de presumir, sino todo lo contrario, de cómo otros presumen de saberlo y no tienen ni idea.

Tu contenido nunca se va a viralizar porque le falla una única cosa

Así es. Hay una única cosa que le falla a tu contenido. Y es tan sencilla que asusta: nadie sabe qué es lo que hace viral a algo. Sí se sabe que hay formas de facilitar que algo se haga viral, pero dar en el clavo es muy muy difícil. No imposible, pero difícil.

Ni las agencias, ni los marketers, ni los millones de euros que se gastan cada año las agencias de publicidad en producir contenidos hacen que se hagan virales de forma automática. Como tampoco conocemos la definición de viral, porque tampoco entendemos el concepto.

Viralidad significa que un contenido creado por nosotros se extienda de forma voluntaria por otros que deciden pasarlo. Es decir, que una persona considere que lo que hacemos es tan bueno que se lo va a mostrar a más personas, y así sucesivamente, hasta que no quede nadie por «infectar».

Conseguir que un contenido se haga viral no es fácil. Si lo fuera, no se pagarían las cantidades desorbitadas que llegan a abonarse para conseguir campañas virales. Los mayores virales de la historia no han costado ni un céntimo, como por ejemplo, el famoso vídeo de Edgar se cae.

La clave de lo viral es lo inesperado, pero es muy difícil conseguir que algo no sea esperado, y más en publicidad o en marketing, donde la mayor parte de la viralidad es sencillamente espontánea. Hay tantos virales como gustos de las personas, y no todos tienen elementos en común, sencillamente conocemos ciertas «pautas» para que un contenido tenga mayor facilidad para convertirse en viral, pero no existe ninguna clase de growth hacking que permita que nuestro contenido se haga instantáneamente ultrapopular en las redes.

Las claves para facilitar la viralización de contenidos son conocidas por todos. Contar una buena historia, pedir la participación de la gente, emocionar y hacer partícipes, son la clave de esta clase de contenidos. Todos recordamos Kony 2012, pero lo que le sucede a los virus es que una vez que han infectado a la gente, todos cogemos inmunidad. Y pasan al olvido.

Por lo tanto, nuestra pregunta debería ser, ¿nos interesa viralizar? ¿Nos interesa ser repentinamente conocidos y luego olvidados en apenas 3 años?

Probablemente tu respuesta sea no.

Lo que a ti te interesa no es infectar a todo el mundo y que al poco tiempo adquieran inmunidad a tus contenidos. Lo que a ti te debería interesar no es hacer que te transmitan, sino que vuelvan a infectarse. Te interesa más bien ser un resfriado que un virus mortal de necesidad.

Por qué no te interesa viralizar tus contenidos

La mayor parte de contenidos virales comparten estructura, esto es, historias de modelos que dejan la profesión porque es una mentira, el niño que crea un reloj y lo confunden con una bomba, un bebé que llora de la risa rompiendo un papel, el caso es que tienen todos elementos en común, pero cuando tratamos de replicarlos como si de un laboratorio se tratase, no conseguimos los mismos resultados. La espontaneidad es inimitable.

Las situaciones no esperadas suelen viralizar, así como los finales imprevisibles. Todo lo que nos afecta de forma sustancial y que no nos esperamos suele convertirse en viral. Pero tenemos que pensar en la cantidad de personas que hacen lo mismo con sus contenidos todos los días, solo unos pocos elegidos se convierten en virales, y no siempre por gusto.

Si quieres convertirte en Buzzfeed y ofrecer cientos de imágenes con 15 situaciones cómicas que nos pasan todos los días, muy bien, obtendrás visitas. Pero no hace falta que te diga que la mayor parte de ellas no convertirán. Y en última instancia, lo que te interesa es que conviertan, ¿verdad?

Lo que te interesa es volver a contagiar

Exacto. El ejemplo lo tenemos en canales de YouTube como vSauce. Alguno podría decir que los contenidos de vSauce son virales, pero no es así, puesto que lleva haciéndolos desde 2010. Son contenidos muy visionados, y además, vuelven a ser vistos una y otra vez, porque son buenos y aportan calidad, te involucran en el proceso y hacen que quieras volver a verlos, o seguir viendo los nuevos.

No es lo mismo tener éxito que viralizar. Y esa es la distinción que desde MarTech queremos dejar clara. Y para ello existen numerosas claves bien conocidas, siendo la primera de ellas un 80% de esfuerzo y un 20% de inspiración. Constancia y detectar lo que funciona, y lo que no, a través de la experiencia. Esa es la viralidad que te interesa obtener, y no la que algunos con muy malas intenciones tratan de venderte.